lunes, 9 de abril de 2012

-Capítulo 4-

Descendía lentamente por la sinuosa carretera. Faltaban diez minutos para que le viera pasear por ahí, o eso creía. Aparqué el coche pegado al muro de la casa de Logan, bajo los robles de esa zona, y al otro lado la farmacia de la señora Abigail.Le envié a Ariana un mensaje, ''Si ves a mi madre, dile que tardaré un poco en llegar. He ido a devolver un libro a la biblioteca''.
Sólo me quedaban dos minutos de tranquilidad, abrí la guantera y me puse las gafas negras de sol, irreconocible. También encedí los faros con las luces largas, deslumbraré a cualquiera y yo podré verles, pero nadie podrá verme a mí.
Un minuto antes de que comenzara la posible travesía hacia él, un coche subió y paró al otro lado de la carretera, los faros apuntaban a mí pero no podíamos vernos. Sostuve la posición cinco minutos, hasta que otro coche, un BMW gris ascendió por la misma carretera y se paró a mi lado. La ventanilla se bajó.

- ¿Diane, qué haces aquí? -preguntó mi madre, me quité las gafas rápidamente.
- Había ido a devolver un libro y había hecho una parada para mandarle un mensaje a Ariana. -contesté.
- Volvamos a casa, venga. Es un poco tarde para andar sola por aquí. -mi madre arrancó el coche. Me fijé por última vez al todoterreno negro, la puerta delantera se cerró a la vez que daba marcha atrás y media vuelta para seguir al coche de mi madre.

El todoterreno me seguía. Dejando un poco más de distancia, debido al temblor producido por las piedras de la carretera no distinguía los números de la matrícula.
Mamá abrió la verja de casa y metimos los coches dejándolos frente al porche. Al salir y colocarme detrás de ella frente a la puerta de casa, miré disimuladamente a la entrada. Ni rastro del todoterreno.


Martes seis de diciembre, hace un buen día hoy en Bradford, y como yo suelo decir... Día nuevo, vida nueva. Acompañé a Rose hasta la cafetería, Ariana nos esperaba en una de las mesas junto a Logan, Andrew y Suzanne. Andrew es el hermano de Suzanne, del equipo de baloncesto del instituto, y ella animadora jefe. Siempre andan juntos, y hasta que no se supo, todo el mundo creía que estaban saliendo. Fue un día embarazoso para ambos.
Menú del día, ensalada de pasta, delicioso, quitando el amargo sabor a naranja que accidentalmente entre comillas las cocineras vierten en el plato.
Subimos las escaleras hasta sentarnos en la mesa redonda y azul.

- Buenas, buenas, buenísimas tardes. -dije sacando el tenedor de plástico del papel transparente para empezar a comer.
- ¿Buenas? Hoy alguien se ha levantado con buen pie. -añadía Ariana acariciándome la mano suavemente.- ¿Dormiste bien?
- Tuve dulces sueños. Y hoy es un nuevo día. -les sonreí a todos.- ¿Qué tal tu mañana Logan?
- Aburrida. ¿Te ha dado mucha lata Zayn? -me contestó. Pestañeé dos veces y actué como si no hubiera escuchado su nombre. Me dirigí a Andrew.
- Hoy Jay se ha llevado un buen piñazo con el balón, mea culpa.
- ¿Jay? ¿El que se pone a grabar los entrenamientos? -dice Rose antes de morder el pan.
- Sí. Es asqueroso, a veces nos enfoca a nosotras hasta que un día fui y le robé la cinta. ¿Sabéis a dónde fue a parar? -Suzanne nos miraba atenta, esperando una respuesta.- A un inodoro del baño de las chicas. No se atrevió a entrar.
Todos reíamos.
- A veces pienso que Jay tiene un serio problema. -Logan me levantó la mirada.- Se deja ver mucho con Zayn.
- ¿Puedes dejar de hacer eso? -contesté ofendida dejando caer fuertemente el tenedor.
- ¿Hacer? ¿Qué?
- Eso. Repetirme constantemente su nombre. Creo que dejé bien claro que no quería tener nada que ver con él, y por si no lo hice, espero no escuchar que lo nombráis.
- Pero todos hablan sobre eso Diane. Zayn está formando una banda, dicen que se está haciendo más fuerte, que va al gimnasio cuando falta a clase. Por ejemplo hoy mismo, -rebañaba su plato. Logan me estaba poniendo de los nervios.- las tres primeras horas. Están diciendo que tiene nuevos planes para alguien, ayer le vieron subir por la carretera hacia mi casa aunque en el cruce le perdieron de vista. -traga.- Nadie sabe lo que...
- Espera, espera. Rebobina. ¿Le vieron? -intervine. Todos estaban mirándonos a Logan y a mí mientras comían su almuerzo.
Logan asintió tres veces.
- Cambiemos de tema, ¿tenéis planes para este fin de semana? -continuó Suzanne dejando su bandeja en el centro de la mesa.- Había pensado que podríamos ir al cine a ver una peli, me han dicho que hay estrenos muy buenos esta semana.
- Una gran idea. Alguna de intriga y misterio... -dijo Andrew.
- No quiero nada de misterio a estas alturas. Comedia, eso estaría bien. -respondí.
- Bueno, si vamos, lo decidimos más tarde. Yo no lo tengo seguro, esta semana vienen mis primos de Blackburn de visita. -prosiguió Ariana.
- Sacarás tiempo. -dije.

Volvimos a las clases. El día se pasó rápido y la última campana sonó, Ariana y Rose me acompañaron a dejar los libros en la taquilla del pasillo y recoger un trabajo que presenté.
Aprobado, no sé cómo lo hago, siempre saco buena nota y no me lo había preparado, lo hice corriendo. Luchamos por llegar al aparcamiento entre tanta multitud de estudiantes junto a Suzanne, Andrew y Logan nos esperaban en el aparcamiento. Mientras bajábamos las escaleras, el sol nos calentaba la piel, era confortador.

- ¿Logan? ¡Vamos! -gritó Rose.
Miré hacia el grupo de chicos que había frente a un coche. Todos estaban vestidos con chaquetas negras y camisetas blancas, uno de ellos se giró. Zayn. Me miró profundamente y sonrió saludándome. ¿Hola? Pasamos por al lado de todos ellos para llevarnos a Logan, yo me quedé la última con Suzanne.
- Hola Di. -dijo apoyándose en el capó del coche levantando una de las manos. No le presté atención.
- Di. ¿Desde cuando te llama así? -me dice Suzanne cuando estábamos un poco más alejadas de todos ellos.
- Es la primera vez que me lo dice.

Cuando llegamos a la zona donde teníamos nuestros coches aparcados, Andrew agarró a Logan por el cuello de la camisa y lo empujó fuertemente contra el lateral de su coche.
- ¿Se puede saber que hacías con Zayn y compañía? -le gritaba.
- ¡Ellos! ¡Me cogieron desprevenido!
- Más te vale. Que no te vuelva a ver con ellos...
- Ya. Andrew. Ya vale. -le tranquilizó su hermana.
Saqué las llaves del bolso, pero recordé que había olvidado la rebeca morada en la taquilla.
- ¡Mierda! -grité.- No tardo chicos. He olvidado algo.

Entré de nuevo al instituto, intentando esquivar la marea de alumnos que iban en dirección contraria a la mía. Ya sólo eran los que permanecían más tiempo en las aulas para persuadir a los profesores para un aumento de la nota, los que quedaban en el instituto.
Hacía ya bastante tiempo que no me quedaba sola en los pasillos. Me recordaba a mi niñez, cuando durante las clases me dejaron salir al baño y tenía que recorrer tres pasillos para llegar a ellos, y terminaba perdiendo mi aula, y no había nadie para ayudarme.
Vi mi taquilla cerrada aunque con el candado abierto, al mirar dentro comprobé que mi rebeca no estaba en el interior. <<¡Yo la había cerrado con llave!>>, pensé. Aunque luego lo recordé todo.

Ya iba a salir de la clase para encontrarme con Rose y Ariana. Suzanne me sujetó de la mochila impidiéndome andar.
- ¿Se te olvida algo? -me preguntó.
- No. Que yo sepa.
- ¿Seguro?
Asentí.
- ¿Tal vez una rebeca color berenjena que siempre llevas? -añadió.
- ¡Pues claro! ¡La olvidaba!
- Déjame las llaves, voy a por ella y de paso cojo tu libro de Francés, no encuentro el mío. -se aclaró la voz.- Porque puedo, ¿verdad?
- Claro, claro. Y gracias por cogerla. -respondí deciéndole las llaves.- La ciento diecinueve. -al separarme de ella vi de lejos a Ariana y a Rose saludarme.

 Supongo que ella la habrá cogido y no lo recuerda, ahora se lo diré.
Tranquilamente recorrí esos tres pasillos para ir al baño. Era importante darse un repaso antes de volver a salir a la calle, nunca sabes lo que te puede pasar.
Entre segundo y segundo pensaba en lo que íbamos a comprar esta tarde Ariana y yo en el centro comercial. Tenía en plan comprar tantas cosas y sobre todo ropa que perdí la cuenta.
En seguida vi mi reflejo en el espejo. <<Ugh...>>, pensé cepillándome el pelo con los dedos.
Tenía una pestaña en la mejilla, me acerqué más al cristal e intenté quitármela.
Escuché madera crujir. Efectivamente, Zayn estaba apoyado en el marco de la puerta.

- ¿No hay un día en que no me encuentre contigo a solas? -preguntó sonriendo.
- Tal vez sí, tal vez eres tú el que me persigue. -me frotaba un poco las mejillas con colorete rosado.
- Tal vez porque eres tú la que me atrae. -acto siguiente, se puso detrás de mí y me abrazó desde la espalda. Sentí como su cuerpo se pegaba al mío y me produjo escalofríos.
- Sal. Es el baño de las chicas. -contesté en un hilo de voz mientra cerraba ambos ojos.
- ¿Corro peligro? ¿Me meteré en problemas si no lo hago?
- Puede.
- Entonces me quedaré.
Acto siguiente, me saboreaba el cuello. No podía soltarme, no conseguía escapar. La puerta de uno de los inodoros se abrió. Su supuesta novia nos miró y me imaginé mi propia tumba.
- ¿Zayn? -dijo ella.
- Eveline... -contestó Zayn separándose de mí. Agaché la cabeza y recé para que de aquí saliera ilesa.
Eveline se ofendió, expulsó un bufido y enarqueó una ceja. Salió del baño proporcionándole un buen bofetón a Zayn.
- La admiro. Es lo que siempre he querido darte. -añadí.
- Más vale que retires eso. Mira lo que has conseguido.
- ¿Perdona? He llegado aquí, has aparecido y la has cagado con tu novia. Yo aquí no he hecho nada malo...
- Seguirme el juego, preciosa. -volvió a acercarse. Me acariciaba la mejilla con sus labios. Necesitaba que otra chica saliera del baño y lo apartase de mí.
- Déjame.
- ¿Y sino...?
Le miré fijamente. Era la primera vez que conseguía sostener la mirada.
Él miró su reloj.- Nos veremos hoy, lo sé. Ahora tengo que irme. -me besó la mejilla. Mis manos y piernas temblaban.- No me pongas los cuernos, ¿vale? Nos conocemos... Di.
- ¿Por qué me llamas Di? -pregunté antes de perderle de vista.
Zayn se volvió para mirarme.
- Porque así es como pueden llamarte tus amigos.
Desapareció.

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