sábado, 19 de mayo de 2012

-Capítulo 10-

Negué varias veces con la cabeza, agitándola de lado a lado. Esto no me podría estar pasando a mí, debía tranquilizarme y pensar que todo va sobre ruedas, porque cuanto más me preocupe peor será.
Mis padres no se enteraron de que Zayn estaba en mi habitación, y eso que él y yo estuvimos riendo mientras hablábamos sobre tonterías, me estaba describiendo a cada chica con la que se había acostado.


- ¿Y qué tal esa, Eveline? -le entré.
- ¿Eveline, uhm? -se acariciaba la barbilla con la mano, con aire interesante, mientras pensaba.- No me he acostado con ella.
- Me parece increíble, Zayn.
- Bueno Diane, no todas son tan fáciles se manejar como tú. -se fue acercando a mí y caí de espaldas al suelo en el que estaba sentada con las piernas cruzadas.
Estaba por encima mía, con las manos apoyadas a los lados de mi cabeza y los brazos bien estirados.
La respiración se me aceleraba.
- Yo tampoco soy fácil. -contesté firme.
- ¿Ah, no? -flexionó sus brazos para acercar sus labios a los míos.
Antes de conseguirlo, me deslicé por el suelo y salí de debajo suyo.
- Está claro que no. -respondí a su pregunta.- Queda una hora para que me vaya, me tendré que ir preparando. Ariana es muy puntual y si no estoy en la puerta a la hora exacta se pondrá nerviosa.
- Hagamos que se ponga nerviosa. -me rodeó por la cintura.
Le aparté bruscamente.
- ¡Déjame! -grité enfadada.- No vuelvas a hacer eso. Yo no soy de nadie.
- Por ahora Diane, por ahora.
Cerré los ojos deseando que desapareciera de mi habitación ahora mismo.
- Ahora tengo que vestirme, por favor, vuelve a tu casa. -él se echó a reír.
- ¿No me puedo quedar? -metió sus manos en los bolsillos de su pantalón.- Ahora mismo, la ropa es nuestra peor enemiga.
- Ja-ja, ¿esa es tu forma de conquistar a una mujer? Conmigo la llevas clara.
- Es que no pretendía conquistarte, Diane.
Miré los pomos del armario, me extrañaron sus palabras, pero aun así lo abrí y busqué algo para ponerme. Un jersey y unos pantalones beige.
- ¿Podrías irte?
Zayn me miró de arriba abajo.
- Deja de mirarme así.
- Vale, vale. -contestó molestándose.- Ya me voy. Te veo en el cine, pero lo más importante: no me mires, no me hables, no le cuentes de mí a nadie. ¿Está claro?
- Clarísimo.
- Bien. Cuida tus espaldas, aunque con Ariana no creo que tengas problemas. -abrió mi ventana y salió por ella.
Me di una ducha rápida, de unos tres minutos, me coloqué una toalla blanca alrededor de mi cuerpo desnudo bajo mis brazos y dejé mi cabello suelto para que se secara más pronto.
Entré de nuevo en mi habitación y cerré la puerta. Miré a la ventana y me di la vuelta para ponerme la ropa, dejé caer la toalla al suelo.
- Diane. -se me debía de haber puesto la cara blanca.
Me agaché super rápido y me cubrí.
- ¿¡PERO TÚ ESTÁS LOCO!? ¿¡ES QUE AL FINAL ES VERDAD ESO DE QUE VAS A VIOLARME O QUÉ?! -le grité muy enfadada, enfadadísima.
Zayn abrió los ojos apoyando sus manos en el marco de la ventana aun desde fuera, se asustó.
- Diane, yo no quería... Yo... Venía porque... -sonrió.- Pero déjame decirte que estás muy sexy con poca ropa, y tienes un buen culo.
Reuní todas mis fuerzas y le grité en la cara.
- ¡¡TE ODIO!!
Le empujé de la ventana, se aferró a una de las ramas del árbol del jardín para no caer y cerré mi ventana fuertemente. La tapé con una cortina y me eché a llorar.
<<No me puede ir peor en la vida, no.>>, pensé.


Después de estar cinco minutos deseando morirme en ese instante, me subí los ánimos y me puse la ropa, me sequé el pelo, lo peiné, y me maquillé para salir lo más pronto posible de casa.
Una despedida a mis padres y después de coger el bolso de la entrada salí por la puerta, justo ahí llegaba Ariana con unos pantalones parecidos a los míos.
No dejaba de pensar en lo que me había pasado en mi habitación mientras ibamos a buscar a Rose a su casa donde estaban todos los demás. Es increíble como Zayn se ha colado en mi vida, así de repente, y ahora esté donde esté él me seguirá sin decirme porqué. Para mí es imposible imaginarme su forma de pensar, no sabes por dónde te va a entrar o cómo va a contestarte, crees que es peligroso y luego te muestra su parte más sensible y protectora. Pero a la vez te enseña que es un adolescente como cualquier otro y que sólo piensa en chicas y en tener sexo. Para nada es un adolescente normal, lo parece, pero no lo es. ¿Colarse en tu habitación escalando un árbol? ¿Estar ahí y salvarte cuando entra un hombre en tu casa e intenta matarte? ¿Besarte apasionadamente en la encimera de tu cocina cuando vino para ver si estabas bien? Siento tener que decirme esto, pero Diane, tienes un serio problema de los gordos.
Rose salía con los demás de su casa, nos encontramos con todos y nos fuimos yendo hacia el cine.

- Vaya Diane, ¿estás bien? -me preguntó Suzanne.
Desperté de mi trance.
- ¿Uhm? ¡Ah, sí! Sí, estoy bien.
- Pareces algo... hipnotizada. -intervenía Andrew.
Y tanto que estoy hipnotizada...
- Que va, estoy bien. -continué. Ariana me agarraba la mano para caminar.

Hicimos cola para comprar las entradas. Estaba lleno de gente, podía ver a los niños corretear por el piso con sus paquetes de palomitas y las bebidas, la mayoría esparcidas por el suelo al no sostenerlas bien.

- ¿Qué peli vemos? -Rose estaba más animada que nunca. Subida a la espalda de Logan y con una sonrisa en su rostro.- ¿Qué tal una de acción, sangre o aventuras? -dijo mientras se aferraba al cuello de él y reía.
- O una de amor, drama y más amor... -propuso Suzanne actuando de manera empalagosa, juntando sus manos y cerrando los ojos.
- ¿Y qué tal una de miedo? -dijo, por último, Andrew.
- Uhh, ¡suena bien! -contestaron Suzanne y Logan.
- No, que luego lo paso mal por la noche. -respondí cortando el rollo.
- No pasa nada Diane, me quedaré en tu casa por si hay monstruos bajo tu cama. -Andrew me miró. Su mirada fría me hizo hundirme en mis propios pensamientos.
Miedo, eso es lo que suelo sentir desde días atrás.
- Entonces queda decidido, una de terror. -Rose parecía satisfecha.
Compramos la entrada a una de las sesiones, en cinco minutos entraríamos.
- No seas miedica Diane, sabes que todas esas historias de miedo son mentiras. -dijo Rose.- ¡Gallina!
- Eso... Gallina. -Andrew se adelantó y caminaba de espaldas frente a mí.- ¿Tienes miedo? ¿Co... Co... Co... Co...? Gallina.
- No tengo miedo.
- Co. Co. Co. Co. -gritaba al mismo tiempo que agitaba de arriba abajo sus brazos flexionados.
- Cállate, Andrew. -apreté mis puños.
- Co... Co... ¡Co!
- ¡Andrew! ¡Vete al infierno, es donde deberías estar! -le empujé, cayó al suelo.
Se levantó y me cogió del cuello.
- Repite eso.
Mi respiración se iba debilitando. No sabía qué hacer, pensar, decir. No tenía fuerzas para nada.
- ¡Andrew! ¡Suéltala! -gritó Logan forcejeándole las manos para apartarlas de mi cuello.
- ¿Que la suelte, dices? -ya casi estaba suspendida en el aire.
Me soltó, caí al suelo a los pies de Ariana. Ésta me levantó rápidamente.
Nadie nos había visto.
- ¿Noche de cine, Andrew? -me giré al reconocer esa voz.
Zayn salió de una esquina sumergida en penunmbra.
- ¿Noche para follar un rato, Malik? -respondió Andrew, aún con la rabia en sí.
- Tal vez. ¿Cuánto te has gastado en una de las chicas, tío? -rió.- Bueno... chica -dibujó comillas en el aire.
- Vete. Antes de que te reviente... -Suzanne le agarró por los hombros.
- No sirve de nada Andrew, no le enseñes tus habilidades.
Zayn me dirigió una mirada.
- ¿Dónde está tu madre, Di? -se llevó una mano a la boca.- ¡Oh! Creo que aún la tengo atada a la cama. ¡Y he perdido las llaves de las esposas!
Abrí la boca, estaba sorprendida, ofendida, enfadada. Dolida, decepcionada.
Le robé la bebida a Rose, le quité la tapa de plástico y vertí todo el líquido del refresco encima de la cabeza de Zayn.
- ¡No te atrevas a volver a hablar así de mi madre, hijo de puta!

viernes, 4 de mayo de 2012

-Capítulo 9-

Moría de placer en ese momento. Sabía perfectamente que los labios que acariciaban delicadamente mi cuello eran veneno y estaban prohibidos para mí, pero no podía negar que sentía una cierta atracción al peligro, tal y como Ariana.
Zayn jugaba con mi lengua, necesitaba respirar. Entonces abrí los ojos y me aparté de él deslizándome por la encimera.

- ¿¡Qué estás haciendo? -grité asustada.
- Lo que tú deseas que haga. -rodeó la encimera para acercarse a mí.- Vamos, sólo nos divertiremos un rato.
- Yo no quiero divertirme. -me bajé y cogí el cuchillo apuntándole. Las manos me temblaban.
- Diane, no quieres hacer eso. No puedes. No tienes el coraje suficiente para clavarmelo.
- ¡¡No digas eso!! ¡¡Sabes que lo haré!!
- Adelante.
Miré el cuchillo y luego le miré a él. Mis manos no respondieron y lo dejé caer al suelo.
Zayn se agachó para cogerlo y lo metió en el fregadero.
- ¿Está todo el dinero? -preguntó desde la escalera.
- ¿Qué?
- El dinero del baúl, ¿está todo? ¿Falta algo? -repitió.
- ¿Cómo sabes...? Eh...
- I'diota. Anoche te intentaron robar, por no decir que casi mueres, estaba el baúl abierto y lo cerré para volver a guardarlo. -bajó un peldaño.- ¿Estaba todo?
- No sé. ¿Y por qué quieres saberlo? ¿Crees que me fio de ti?
- No.
Negué tres veces y me fui acercando a él para comprobar lo del dinero.
Llamaron a la puerta, me volví y toqué el pomo. Zayn me tapo la boca y apartó mi mano, se puso su dedo índice en el labio para hacerme guardar silencio.
- Ve a la cocina. -susurró en mi oído.
Desde ahí, escuché la puerta abrirse.
- Buenas. Venía a poner un cristal, ¿es esta la casa de Diane Wilson? -dijo un chico.
- Exacto. Es arriba, en la habitación de ella.

La puerta se cerró y el chico fue subiendo las escaleras, Zayn detrás de él me miró y me dijo que esperara.
Estuve veinte minutos sentada en la silla de la mesa de la cocina esperando. De repente, escuché un fuerte golpe en el piso de arriba, miré al techo y decidí subir a ver qué había pasado.
A medida que me iba acercando a mi habitación la claridad que entraba por esa ventana me cegaba. Para mi sorpresa, Zayn estaba tendido en el suelo y no había rastro del otro chico.
Me agaché corriendo y le proporcioné sacudidas a ver si conseguían que despertara, pero no era así. La casa estaba sumergida en un océano de silencio, el cristal estaba puesto y el chico no estaba por aquí.
Miré a Malik, éste me estaba mirando, sonreí y después me guiñó un ojo para mantener de nuevo los ojos cerrados.

- Grita. -susurró.

Le obedecí y me hice sonar por toda la casa con el grito más agudo que había podido soltar. Escuchaba pasos por las escaleras del desván, se iban haciendo más fuertes hasta que vi al chico salir por la puerta. Me miró detenidamente y noté que me entró el pánico. Entró en la habitación con una herramienta en la mano y levantó el brazo en mi dirección. En ese instante, Zayn en un salto se levantó del suelo y derribó al chico. Lloraba mientras veía como le ensangrentaba la cara sin parar, el chico quedó inconsciente. Zayn se levantó, de sus manos goteaba la sangre.

- Zayn... Qué... -logré decir aún llorando.
- Te dije, y te vuelvo a repetir, que no te fiaras de nadie. Que tuvieras cuidado con quién ibas e incluso con tus amistades más profundas. -se aclaró la garganta.- Nunca sabes lo que te espera fuera, Diane.
- No entiendo nada. ¿Por qué me dices esto? ¿Por qué tengo que creerte? ¿Por qué me pasa a mí?
- Tienes algo que una persona quiere.
- Bien, se lo daré.
- No. No es tan fácil como piensas, no es nada material.
- ¿Entonces qué es?
- Lo sabrás más adelante. -acto seguido, Zayn cogió en brazos al agresor y lo metió en su coche. El todoterreno que me siguió hasta casa una noche.
- Aún no entiendo nada. Entonces, ¿no eres malo?
- ¿A qué viene eso? -se echó a reír.
- A ver, tienes pinta de que te vas a cargar a cualquiera con sólo mirarle... ¿Qué quieres que piense?
- No juzgues un libro sólo por su portada, preciosa.
- Aun así no me fio de tí. -me crucé de brazos.
- Haces bien Diane, haces bien. -se acercó a mí.- Ahora tengo que irme. No le abras a nadie la puerta, ¿me has entendido? Tienes ahí el celular, lo puedes usar. No respondas al teléfono, que crean que no estás en casa, y si entran o escuchas un ruido extraño... Ya sabes lo que tienes que hacer, sobre todo, no te hagas notar.
- Sí. ¿A dónde vas?
- No puedo decirtelo. -me besó la mejilla.- Diane, mientrás yo esté aquí vas a estar bien.

Arrancó el coche y se perdió calle abajo.




Había llegado el fin de semana. En estos días no volvió a ocurrir nada extraño, ni si quiera vi a Zayn. Aún no entiendo nada de lo que está pasando. Porqué yo. Qué es lo que quieren. Quién es el que está tramando todo esto. Porqué Zayn me intenta proteger cuando aparenta ser quien no es. Ahora mis padres estaban en casa, permanecí en la cocina hablando con Andrew por la computadora, echando unas risas.
''¿Qué tal si quedamos esta noche para ir al cine?''
''Mmm, no sé. No tengo ganas de salir de casa''
No me fio salir de casa, pensé.
''Vamos, lo pasaremos bien. Llamamos si quieres a los demás, o prefieres que vayamos solos.''
''No me encuentro bien...''
''¿Es por lo del accidente?''
Me quedé pensativa mirando la pantalla.
''¿Qué accidente?''
''El del otro día en tu casa, todos lo saben''
''No. Estoy bien. Solo que ahora no tengo ganas de salir''
''Eres una aburrida. Ya verás como cuando Ariana se presente en tu casa accederás a venir''
''Lo que tú digas, Andrew...''

Apagué la computadora y llamé a Ariana. Habíamos quedado al final para ir a las diez al cine, pero la película la decidiríamos allí mientras hacemos cola para comprar los boletos.
Al colgar la llamada con Ariana, subí a mi habitación para preparar la ropa y me taparon la boca y los ojos.
¿Otra vez, otra vez voy a estar a punto de...?

- Era eso, o gritabas...
Me di la vuelta y me encontré con sus ojos color miel y su sonrisa. Esto... Esto no era normal.
- ¿Cómo entraste? -pregunté sonriendo.
Señaló a mi ventana.- La has dejado abierta, y luego está el árbol que está cerca. He trepado por él.
- Am.
- ¿Vas a salir esta noche? -se sentó en mi cama y jugó con uno de los peluches.
- Oye, ¿por qué eres así?
Zayn me miró, no comprendía.
- Porqué tienes ese aire de malo, porqué tratas así a la gente y luego intentas protegerla.
Se encogió de hombros.- Es una historia muy larga.
- Tengo mucho tiempo.
- No tanto como piensas. ¿Qué peli vais a ver?
- ¿Cómo sabes tú...? Zayn, me das miedo. -retrocedí un paso.
- Tu voz chillona se escucha desde el piso de arriba. -reimos.- Cuenta con que estaré por allí.
- Hoy no me pasará nada.
- Qué bien que estés tan segura. ¿No te acuerdas de lo que te dije?
- Que no me fiara de nadie, ni de las amistades más profundas... Sí...
- Exacto. Ni de las más profundas.

Le miré y él me miró a mí.
''No te fies ni de las amistades más profundas''.